àANALISIS.
La transexualidad, desde una perspectiva cultural y
económica
La transfobia y los errores terminológicos
en prensa y población, son fruto de la concepción heteronormativa de la
sociedad en la que vivimos.
MURO DICOTÓMICO
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Macho
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SEXO
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Hembra
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Hombre
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IDENTIDAD SEXUAL
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Mujer
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Heterosexual
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Orientación Sexual
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Heterosexual
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Según lo que los teóricos de los estudios
LGBT definen como pensamiento heteronormativo, a un sexo biológico de varón correspondería una identidad sexual masculina y un comportamiento social de hombre; y a un
sexo biológico de hembra correspondería
una identidad sexual femenina y un comportamiento social de mujer. Todo lo que no sea así se ha definido
tradicionalmente como enfermedad o anormalidad.
Cuando hablamos de transexualidad o transgenerismo nos estamos refiriendo a personas cuyo sexo biológico no corresponde con su
sexo psicológico y social. Pero no tiene nada que ver con ser o no homosexual.
No es lo mismo identidad de género que orientación sexual. Un transexual es una
persona en la que no coincide su
sexo mental (identidad de género) con su sexo genital y cromosómico. Un
homosexual es una persona con una identidad de género sí coincidente con su
sexo genital y cromosómico pero que tiene deseos sexuales hacia personas
de su mismo sexo. De esta manera es posible que una persona sea transexual y
homosexual al mismo tiempo, pues son cosas distintas.
La sociedad heteronormativa tampoco tiene
claro ciertos conceptos sobre las personas transexuales y transgéneros que
conviene aclarar para no caer en
errores que puedan llevar a equívocos a dirigirnos a ellos. Una mujer transexual o transexual femenina es una persona que aunque haya nacido con un sexo
biológico de varón se siente y se define como una mujer. Un hombre transexual o transexual masculino es una persona que se identifica como hombre aunque
haya nacido con un sexo biológico de mujer. Siempre hay que hacer la definición
de la persona por el sexo deseado y no el de origen.
La sociedad es el reflejo de la educación y
la cultura de los miembros que la forman, y la nuestra es todavía una sociedad
heteronormativa, en la que tenemos unos conceptos muy “rígidos” en lo que al
sexo, identidad sexual u orientación sexual se refiere, y eso, poniendo por caso
que entendamos que es lo que definen realmente estos tres conceptos. Aún
mantenemos unas concepciones rígidas de las relaciones sexo y género, por lo
que para nosotros, existe un muro infrancreable entre las diferentes opciones.
Para la sociedad, lo “normal” sigue siendo
que se tenga un sexo (macho – hembra),
ese sexo tiene que ir acorde a una identidad sexual (hombre – mujer) y
con una orientación que debería ser la heterosexual. Este muro lo ha puesto la
heteronormatividad. Cuanto más rigida sea la sociedad, más rigido es el muro.
Pero lo cierto es que las realidades se cruzan. Según las concepciones más
rígidas, que poco a poco y dependiendo de los países se va superando, si un
hombre no tiene la orientación sexual que debe de tener, es que en el fondo es
una mujer o viceversa. Igual todo esto parece antiguo y da la sensación de que
ya no es así, pero todo esto está en el imaginario de la sociedad.
En esta sociedad dicotómica todavía nos
cuesta mucho entender pero que forma parte de la realidad y de la diversidad
sexual que Un “macho” puede sentirse una mujer aunque tenga un pene.
Pero la realidad es que existe más
diversidad dentro de la diversidad (heterosexualidad, bisexualidad,
homosexualidad). Por eso se intenta prevenir sobre todo la homofobia, bifobia y
la transfobia del propio colectivo LGTB, porque incluso dentro de la gente
“diversa”, hay gays para los que es muy
facil pensar de los transexuales lo mismo que los heterosexuales piensan de
ellos. Es muy comun oir aquello de “yo entiendo a los que son como yo (los
gays) pero no a los transexuales que on se operan”.
La diversidad sexual va mucho más allá de la
homosexualidad, incluso de la transexualidad. Por ejemplo, si entendemos que
existan bisexuales, ¿porqué es tan poco comprensible el hecho de que existan
personas transgénericas, es decir, personas que se sienten de un sexo u otro en
un momento determinado?
Seguro que a todos sorprendería a simple
vista conocer que Irán es el país con más operaciones de reasignación sexual.
Esta a simple vista sorprendente noticia, deja de ser tal cuando profundizamos
en el porqué.
En este país, la homosexualidad está castigada con la pena
de muerte y sin embargo el gobierno subvenciona las operaciones de reasignación
sexual debido a la visión dicotómica de la que hablaba antes, más rígida cuanto
más machista es la sociedad. En Iran, pueden entender que algo así pase, pero
que si pasa se “debe devolver” a la persona al
lado del muro que le corresponda. La homosexualidad es algo que no
estaría en ninguno de los dos lados, escaparía a esa visión dicotómica y por
eso no es entendida. Ellos nunca entenderían que tú fueras transexual y a la
vez homosexual (Cosa perfectamente normal).Nunca. Normalmente cuanto más
machista es una sociedad, más dicotómica es y el muro es más grueso. En España también pasa esto,y nos encontramos
regiones más tolerantes y otras que no lo son tanto. A lo que quiero llegar es
que las operaciones en Irán no son un sintoma de modernidad, sino todo lo
contrario.
En el documental “Transexuales en Irán”
podemos observar como se trata a los transexuales como “criaturas poco comunes
pero perfectamente naturales, no teneis culpa de vuestra anomalía”. El médico
llega a decirle a su paciente que “no será un hombre completo y no igualarás
las proezas del hombre”. Lo peor de todo, es que esa mujer no quiere ser un
hombre, sino que se trata de una lesbiana. Muchas personas se están cambiando
de sexo por una imposición social y política. Realmente no se sienten personas
del otro sexo, sino que son personas homosexuales. Es una salida forzosa a la
homofobia.
Por ejemplo, en una de
las protagonistas del documental, se llega a la
transexualidad por la orientación sexual. Ella no dice en ningún momento que se
sienta hombre sino que le gustan las mujeres y quiere ser complacida por
mujeres. Confunden claramente la identidad con orientación.
Además de la realidad social en la que se
encuentra un transexual, también hay que mostrar las cuestiones legales a las
que se enfrenta en caso de querer llevar a cabo el proceso transexualizador. No
es lo mismo nacer transexual en Madrid que en Canarias, por ejemplo. Ya no sólo
a nivel social, sino a nivel económico.
Sólo en cinco comunidades autónomas
(Andalucia, Madrid, Catalunya y Euskadi) se llevan a cabo vaginoplastias y
faloplastias. ¿Qué pasa para ese hipotético transexual ubicado en Canarias?,
pues tiene dos opciones. O vivir sin adecuar su sexo biológico a su sexo
psicológico, o empadronarse durante al menos dos años en alguna de esas cinco
regiones.
El proceso transexualizador está
subvencionado por la Seguridad Social dependiendo de la comunidad autónoma en
la que te encuentres. Esto es así porque la sanidad, pese a ser una competencia
vigilada por el estado, está gestionada en mayor o menor medida por la
comunidad autónoma. En el caso de la Comunidad de Madrid, sí que se cubre todo
el proceso, a través de la UTID (Unidad de Trastorno e Identidad de Género).
Andalucía, Catalunya, Euskadi y Extremadura, hasta ahora tambien lo cubren. El
caso de Extremadura es curioso, ya que aunque se hacen cargo del coste
económico del proceso, derivan a sus ciudadanos a hospitales andaluces por
falta de medios.
En 1999, Andalucía fue la primera comunidad
con capacidad para llevar a cabo todo el proceso transexualizador e implantar
este servicio, y claro, las consultas se desbordaron, y no quedó otro remedio
que hacer algo así. Había gente que llevaba años buscando que existiese este
servicio, y todas se amontonaron. Hay que tener en cuenta que es un proceso muy
costoso y necesita muchos medios, lo que dificulta también que se ofrezca
comunidades autónomas pequeñas.
Lo que reclaman los colectivos transexuales
es que el Estado se haga cargo de las operaciones, que existan unidades a nivel
nacional, en ciudades grandes situadas en diversos puntos geográficos como por
ejemplo en Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, y que les pudieran atender
fueras de la región que fueran. Es lógico que no lo haya en todas las
comunidades, al igual que hay otros muchos temas que son minoritarios, pues las
unidades están en las ciudades grandes. Pero en el caso de la transexualidad,
por ser un aspecto en el que divergen tanto los partidos políticos, se ha
gestionado todo a nivel autonómico, siendo cada gobierno regional, quien
decidía o no cubrir el servicio de forma pública. Si el Estado no es capaz de
hacer nada a nivel nacional, es lógico que las comunidades autónomas (que
tienen su servicio y gastan un dinero en él), lo ofrezcan a ciudadanos de su
propia comunidad.
Las demás comunidades, como mucho, cubren
parte del proceso, porque la iversión necesaria para tener médicos operando
para una región tan pequeñita como Asturias, no sería proporcional al número de
personas que se va beneficiar del servicio. Por eso, los asturianos pueden
hacer el proceso hormonal allí, pero no las mamoplastias, vaginoplastias o
faloplastias.
[1] Este cuadro refleja la
visión dicotómica de la concepción
heteronormativa imperante en la sociedad