sábado, 14 de julio de 2012

¿Qué cuando me convertí en mujer?. Nunca, porque siempre lo fuí (III)

Nueva entrega del reportaje sobre transexualidad , que incluye esta vez un análisis crítico sobre la situación de las personas transexuales en España y en resto del globo.


àANALISIS.

La transexualidad, desde una perspectiva cultural y económica

La transfobia y los errores terminológicos en prensa y población, son fruto de la concepción heteronormativa de la sociedad en la que vivimos.

MURO DICOTÓMICO
Macho
SEXO
Hembra
Hombre
IDENTIDAD SEXUAL
Mujer
Heterosexual
Orientación Sexual
Heterosexual
Según lo que los teóricos de los estudios LGBT definen como pensamiento heteronormativo, a un sexo biológico de varón correspondería una identidad sexual masculina y un comportamiento social de hombre; y a un sexo biológico de hembra correspondería una identidad sexual femenina y un comportamiento social de mujer. Todo lo que no sea así se ha definido tradicionalmente como enfermedad o anormalidad.

Cuando hablamos de transexualidad o transgenerismo nos estamos refiriendo a personas cuyo sexo biológico no corresponde con su sexo psicológico y social. Pero no tiene nada que ver con ser o no homosexual. No es lo mismo identidad de género que orientación sexual. Un transexual es una persona en la que no coincide su sexo mental (identidad de género) con su sexo genital y cromosómico. Un homosexual es una persona con una identidad de género sí coincidente con su sexo genital y cromosómico pero que tiene deseos sexuales hacia personas de su mismo sexo. De esta manera es posible que una persona sea transexual y homosexual al mismo tiempo, pues son cosas distintas.

La sociedad heteronormativa tampoco tiene claro ciertos conceptos sobre las personas transexuales y transgéneros que conviene aclarar para no caer en errores que puedan llevar a equívocos a dirigirnos a ellos. Una mujer transexual o transexual femenina es una persona que aunque haya nacido con un sexo biológico de varón se siente y se define como una mujer. Un hombre transexual o transexual masculino es una persona que se identifica como hombre aunque haya nacido con un sexo biológico de mujer. Siempre hay que hacer la definición de la persona por el sexo deseado y no el de origen.

La sociedad es el reflejo de la educación y la cultura de los miembros que la forman, y la nuestra es todavía una sociedad heteronormativa, en la que tenemos unos conceptos muy “rígidos” en lo que al sexo, identidad sexual u orientación sexual se refiere, y eso, poniendo por caso que entendamos que es lo que definen realmente estos tres conceptos. Aún mantenemos unas concepciones rígidas de las relaciones sexo y género, por lo que para nosotros, existe un muro infrancreable entre las diferentes opciones.

Para la sociedad, lo “normal” sigue siendo que se tenga un sexo (macho – hembra),  ese sexo tiene que ir acorde a una identidad sexual (hombre – mujer) y con una orientación que debería ser la heterosexual. Este muro lo ha puesto la heteronormatividad. Cuanto más rigida sea la sociedad, más rigido es el muro. Pero lo cierto es que las realidades se cruzan. Según las concepciones más rígidas, que poco a poco y dependiendo de los países se va superando, si un hombre no tiene la orientación sexual que debe de tener, es que en el fondo es una mujer o viceversa. Igual todo esto parece antiguo y da la sensación de que ya no es así, pero todo esto está en el imaginario de la sociedad.

En esta sociedad dicotómica todavía nos cuesta mucho entender pero que forma parte de la realidad y de la diversidad sexual que Un “macho” puede sentirse una mujer aunque tenga un pene. 

Pero la realidad es que existe más diversidad dentro de la diversidad (heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad).  Por eso se intenta  prevenir sobre todo la homofobia, bifobia y la transfobia del propio colectivo LGTB, porque incluso dentro de la gente “diversa”, hay  gays para los que es muy facil pensar de los transexuales lo mismo que los heterosexuales piensan de ellos. Es muy comun oir aquello de “yo entiendo a los que son como yo (los gays) pero no a los transexuales que on se operan”.

La diversidad sexual va mucho más allá de la homosexualidad, incluso de la transexualidad. Por ejemplo, si entendemos que existan bisexuales, ¿porqué es tan poco comprensible el hecho de que existan personas transgénericas, es decir, personas que se sienten de un sexo u otro en un momento determinado?

Seguro que a todos sorprendería a simple vista conocer que Irán es el país con más operaciones de reasignación sexual. Esta a simple vista sorprendente noticia, deja de ser tal cuando profundizamos en el porqué.

En este país,  la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y sin embargo el gobierno subvenciona las operaciones de reasignación sexual debido a la visión dicotómica de la que hablaba antes, más rígida cuanto más machista es la sociedad. En Iran, pueden entender que algo así pase, pero que si pasa se “debe devolver” a la persona al  lado del muro que le corresponda. La homosexualidad es algo que no estaría en ninguno de los dos lados, escaparía a esa visión dicotómica y por eso no es entendida. Ellos nunca entenderían que tú fueras transexual y a la vez homosexual (Cosa perfectamente normal).Nunca. Normalmente cuanto más machista es una sociedad, más dicotómica es y el muro es más grueso.  En España también pasa esto,y nos encontramos regiones más tolerantes y otras que no lo son tanto. A lo que quiero llegar es que las operaciones en Irán no son un sintoma de modernidad, sino todo lo contrario.  

En el documental “Transexuales en Irán” podemos observar como se trata a los transexuales como “criaturas poco comunes pero perfectamente naturales, no teneis culpa de vuestra anomalía”. El médico llega a decirle a su paciente que “no será un hombre completo y no igualarás las proezas del hombre”. Lo peor de todo, es que esa mujer no quiere ser un hombre, sino que se trata de una lesbiana. Muchas personas se están cambiando de sexo por una imposición social y política. Realmente no se sienten personas del otro sexo, sino que son personas homosexuales. Es una salida forzosa a la homofobia. 
Por ejemplo, en una de las protagonistas del documental, se llega a la transexualidad por la orientación sexual. Ella no dice en ningún momento que se sienta hombre sino que le gustan las mujeres y quiere ser complacida por mujeres. Confunden claramente la identidad con orientación.

Además de la realidad social en la que se encuentra un transexual, también hay que mostrar las cuestiones legales a las que se enfrenta en caso de querer llevar a cabo el proceso transexualizador. No es lo mismo nacer transexual en Madrid que en Canarias, por ejemplo. Ya no sólo a nivel social, sino a nivel económico.
Sólo en cinco comunidades autónomas (Andalucia, Madrid, Catalunya y Euskadi) se llevan a cabo vaginoplastias y faloplastias. ¿Qué pasa para ese hipotético transexual ubicado en Canarias?, pues tiene dos opciones. O vivir sin adecuar su sexo biológico a su sexo psicológico, o empadronarse durante al menos dos años en alguna de esas cinco regiones.

El proceso transexualizador está subvencionado por la Seguridad Social dependiendo de la comunidad autónoma en la que te encuentres. Esto es así porque la sanidad, pese a ser una competencia vigilada por el estado, está gestionada en mayor o menor medida por la comunidad autónoma. En el caso de la Comunidad de Madrid, sí que se cubre todo el proceso, a través de la UTID (Unidad de Trastorno e Identidad de Género). Andalucía, Catalunya, Euskadi y Extremadura, hasta ahora tambien lo cubren. El caso de Extremadura es curioso, ya que aunque se hacen cargo del coste económico del proceso, derivan a sus ciudadanos a hospitales andaluces por falta de medios.

En 1999, Andalucía fue la primera comunidad con capacidad para llevar a cabo todo el proceso transexualizador e implantar este servicio, y claro, las consultas se desbordaron, y no quedó otro remedio que hacer algo así. Había gente que llevaba años buscando que existiese este servicio, y todas se amontonaron. Hay que tener en cuenta que es un proceso muy costoso y necesita muchos medios, lo que dificulta también que se ofrezca comunidades autónomas pequeñas.

Lo que reclaman los colectivos transexuales es que el Estado se haga cargo de las operaciones, que existan unidades a nivel nacional, en ciudades grandes situadas en diversos puntos geográficos como por ejemplo en Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, y que les pudieran atender fueras de la región que fueran. Es lógico que no lo haya en todas las comunidades, al igual que hay otros muchos temas que son minoritarios, pues las unidades están en las ciudades grandes. Pero en el caso de la transexualidad, por ser un aspecto en el que divergen tanto los partidos políticos, se ha gestionado todo a nivel autonómico, siendo cada gobierno regional, quien decidía o no cubrir el servicio de forma pública. Si el Estado no es capaz de hacer nada a nivel nacional, es lógico que las comunidades autónomas (que tienen su servicio y gastan un dinero en él), lo ofrezcan a ciudadanos de su propia comunidad.

Las demás comunidades, como mucho, cubren parte del proceso, porque la iversión necesaria para tener médicos operando para una región tan pequeñita como Asturias, no sería proporcional al número de personas que se va beneficiar del servicio. Por eso, los asturianos pueden hacer el proceso hormonal allí, pero no las mamoplastias, vaginoplastias o faloplastias.


[1] Este cuadro refleja la visión dicotómica de la concepción heteronormativa imperante en  la sociedad